El Equilibrista

El protagonista camina sobre la delgada
La cabeza en las estrellas
El pie seguro suspendido en el vacío.

Los faros le iluminan, la gente le aclama,
Vive y se goza de la mirada de los demás.
Su público le adora, baila sobre la delgada
Suscitando admiración y sobre todo la envidia.

Muy pronto, las miradas se cansan
Quieren algo nuevo, piden más, se quejan.
La delgada tiembla a sus pies,
El desequilibrio le amenaza.

Siente que pierde el control.
La gente ruge y tira de la cuerda.
Se ha vuelto muñeco más que equilibrista.
Ya su vida en las estrellas esta pendiente de un hilo.

No sabe que más puede hacer
Para calmar la sed mirona
Cuando una ultima mirada impasible
Le ejecuta de un parpadeo.

El hombre ya  esta solo, al suelo
Consumado por los foros de la pista.
Recuerda las miradas
Que adoran y luego rechazan y que
Con rapidez consumen
Y queman los seres.

En la sombra, en el silencio
Fuera de la vista
El artista poco a poco se recupera
Y teja su fibra.

Se levanta de nuevo
Tomando conciencia de si mismo.
Ya, no anda para los otros
Sino para hacer lo que le gusta.

 

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