Érase una vez un príncipe
De su inteligencia no se sabe nada…
Pero de gran belleza
Todas las princesas deseaban que las conquistara
Un día, puso sus miras en una de ellas
Y como era guapísimo, seducirla no fue necesario
Ella dijo “SI” antes que tuviera tiempo de pedir su mano
Era un idilio divino, una pareja perfecta… en foto
La celebración fue majestuosa, grandiosa del todo
La princesa, el príncipe, un dúo mágico y envidiado...
Hasta que la besa
Y se convierte en sapo.
La princesa cayó de su pedestal
Los cuentos de su infancia eran mentirosos
El sapo eructaba en la mesa
En la cama, se tiraba pedos
Los años transcurrieron y el no cambiaba
Su fealdad era insostenible, su actitud inaceptable
Con su mayor pesar, la reina sapo hacía sus cuentas,
Años de infelicidad por unas pocas semanas de dicha
Doncellas, no creáis los cuentos ancestrales
¡¿Para quien han sido escritos, sino para hombres ?!
Si es verdad que hay transformación hombre-sapo
Por desgracia, muy pocas veces en el buen sentido
La perfección no existe en este mundo
Se nos vendan superficialidad e ilusiones
En lugar de soñar con un príncipe falso
Más bien elegid un buen sapo.